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Y aunque no puedo decir que lo siento, ahora siento que, por fin, puedo decir la verdad. Los Planetas



Lo primero, la letra completa de la canción. Para mí, decente de más.


“Ahora sé en que nos parecemos
Ahora parece que sé que tú y yo somos igual
Aunque sé que no me lo merezco
He venido a pedirte otra oportunidad

No sé cómo te atreves a venir y a decirme que me quieres
Cuando yo te he suplicado muchas veces y jamás me hiciste caso
No sé cómo puedes atreverte a venir y a pedirte que te acepte
Cuando tú no has aceptado ni una sola de las cosas que te pido

Ahora sé lo mucho que te quiero
Y ahora quiero que tú digas que me quieres igual.
Y aunque no puedo decir que lo siento...
Ahora siento que por fin puedo decir la verdad
No sé cómo te atreves a venir y a decirme que me quieres
Cuando yo te he suplicado muchas veces y jamás me hiciste caso
No sé cómo puedes atreverte a venir y a pedirte que te acepte
Cuando tú no has aceptado ni una sola de las cosas que te pido

Ya sé que no tenia que haber venido
Pero donde puedo estar mejor que aquí contigo
Y tú tenías que reconocerlo
Que conmigo es con quien más te gusta hacerlo


Digo la verdad, tienes que escuchar
Ya sé que no tenía que haber venido
Pero donde puedo estar mejor que aquí contigo
Y tú tenias que reconocerlo
Que conmigo es con quien más te gusta hacerlo”


Y ahora, reflexionemos acerca de lo que esconde este gran tema de esta gran banda. Voy a empezar exponiendo lo que a mí me ha hecho reflexionar pero de una forma de andar por casa: “Que mira cariño mío, que siempre te he querido, que posiblemente más que tú a mí, pero que decirlo o demostrarlo, pos que quieres que te diga a mí no me han enseñado a hacerlo. Ni a decirlo, ni a pedir oportunidades. Y menos a una chati. Aunque esa chati sea la persona que me ha tratado con más cariño y respeto después de mi madre. A quien tampoco le he dicho nunca te quiero. Todo sea dicho”.
Bien, y ahora después de haber encabronado a la mitad del sector masculino que lea este blog (estoy de coña), voy a darle un toque más profesional.

No hay cosa más hermosa y más dura que superar un orgullo mal entendido. Y sé de lo que hablo. No hay nada mejor que decirle a alguien te quiero y te pido una oportunidad, aún sabiendo la respuesta, para darle una patada al ego. ¿Jode? Si, mucho, pero también creces con ello.

En el caso del portagonista de la historia es a la vez hermoso y patético.
Hermoso claramente por lo que acabo de comentar, déjate el orgullo a un lado y di la verdad como la sientes, sácala a pasear y suelta lastre.
Patético porque lo suelta con la media lengua: sé que lo primero que se hace en estos casos es decir lo siento, primero agachar la cabeza y entonar el mea culpa, que todos somos humanos y nos equivocamos, y después se pide; pero no, lo sé, pero no lo hago. No dan ganas de decirle no sé cómo te atreves, le dan ganas de hacerle un mapa pa que no se pierda en el camino de ida a tomar por culo sin retorno.


A favor del acusado he de decir que con respecto a ese orgullo, sobre todo en el sexo masculino que no entiendo aún por qué es tan elevado, total si de comer no te da, el no querer manifestarlo del todo es muy probable que le humanice aún más. Recupero la frase de la canción: Y aunque no puedo decir que lo siento, ahora siento que por fin puedo decir la verdad. Es decir, no tiene agallas de reconocer que lo primero es la disculpa, pero sí reconoce que es por ahí por donde tiene que empezar. Menos da una piedra. Por algún sitio hay que partir el melón. Le ha faltado poner, con tiempo y una caña, lo hago algún día. Pero claro, si pone eso, se carga toda la canción.


También vale la pena recoger la parte donde se lee: “ya sé que no tenía que haber venido”.
Claro hombre, claro, si eso te doy las gracias.
O la de: “y tú tendrías que reconocerlo que conmigo es con quien más te gusta hacerlo”.
Ahí es donde la otra tendría que añadir contigo, con el del butano, con un amigo de mi primo Carlos, con tu hermano menor…etc. Y se le van las ganas de hacerse el listo.
Pero bueno, dejemoslo en que la criatura ha retornado con las orejas semiagachaditas.

(Por cierto, hay un error gramatical, lo siento no lo puedo evitar, no lo soporto. Sería reconocer porque el “lo” que aparece añadido al final del verbo ya está reflejado en el objeto directo: que conmigo es con quien más te gusta hacerlo. Es redundante)

En definitiva, una claro ejemplo de un comportamiento creo que bastante común en el sexo masculin, pero que deja de ser simple, común y corriente para convertirse en arte gracias a Los Planetas.


Y para despedirme: ¡¡VIVA GRANADA, LA ALHAMBRA RESERVA 1925, LOS PLANETAS Y LAS GRANAINAS!!











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