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Perfección es perderse, y para perderse hay que amar”

En esta película, extraña, extravagante, brutal en ocasiones y en todo momento extraordinaria, de la que pude saber que está entre las 100 mejores películas mejicanas, dirigida por el psicólogo, dramaturgo, actor y psicomago Alejandro Jodorowski, quien también la protagoniza, el protagonista se ve avocado a acabar con la vida de los 4 mejores pistoleros que viven en el desierto para conseguir el amor de la mujer a la que ama. Sin pensarlo dos veces se adentra en el mismo, acompañado y acosado por ella, para ir cumpliendo su cometido. Esta frase quiero recordar que corresponde a la escena en la que acaba con la vida del tercer infeliz. Este hombre pasa su vida entregado al amor de su madre y haciendo unos pequeños objetos de bronce que le sirven para limpiar su sangriento pasado. En un momento del encuentro entre ambos, el pistolero le grita: “la perfección es perderse, y para perderse hay que amar. Tú no amas porque cuando crees que das, en realidad estás tomando”. La frase en sí r

Nada. La gente cambia David (Tobey Maguire) en Pleasantville

                    Llevaba diez minutos viendo la película cuando esta frase cayó en mis oídos y, como viene siendo habitual, me dejó pendiente de la pantalla aunque estuviese centrada en mi pensamiento. Es tan simple y tan real, que duele. La situación es la siguiente: David se encuentra en pleno juicio sobre su persona por haber llevado el color a la gris vida de este pueblo. Más de la mitad de los presentes son de color gris, sólo algunos destacan por el colorido de sus ropas. David está tranquilo sabiendo que lo que hace es sólo llenar de vida sus vidas, valga la refundoncia (jajajaj), y sólo quiere seguir haciéndolo por mucho que le juzguen por ello. En un momento, David escucha las palabras de su padre (uno de los grises) afectado por la pérdida de su madre (no, no ha muerto, sólo se ha ido al bando de los coloridos) y que busca consuelo en su hijo. "No lo entiendo, todo estaba en su sitio, y de repente...¿Qué ha pasado, qué he hecho mal?" "Nada. La gente c

Uy, pero si tú eres monísima, cualquiera con quien me cruce desde hace unos tres años

                    Lo que van a leer a continuación es la pura verdad, no hay nada inventado, sólo se han unido en la misma conversación aquellas preguntas y comentarios que más se repiten.  Un par de compañeras de trabajo se cruzan en la calle, después de la charla pertinente una dice: "¿Que tal si nos tomamos algo?" La compañera, pa más señas soy yo, contesta: "Vale". Yo, a día de hoy, a una cerveza y a una tapa, o lo que se le acompañe, no le he dicho no desde que tengo trece años. Y si no preguntadle a alguien que me conozca.  En dirección al bar mi compañera decide invitar a una amiga a la que conozco de vista. Media hora más tarde llega, se sienta y pedimos una segunda ronda de cervezuquis. Otra media hora después y tras un par de risotadas, vamos cogiendo confianza. Y que mejor que sacar un tema serio. Uno especialmente que a mí ya me está poniendo de mala leche. La amiga: Mis hijos ya se hacen la cena solitos, el problema es mi marido, ese es otro hijo.

Grandes frases de la humanidad

                      "¡Pepe come verduras! Así es como una persona demuestra su madurez, comiendo verduras" (Mercedes Milá en Gran Hermano) "Aquí el que no liga es porque no quiere o porque no puede" (el relaciones públicas de una discoteca en ni idea) "¿Hijo pa qué te compras esos bombones?"-Pa comérmelos-." (una señora a su hijo en el supermercado) Bueno, todos hemos dicho el alguna ocasión alguna frase que nos haga recapacitar sobre el grado de tontería y la innecesaria necesidad que teníamos en ese momento de decirla, es por ello que la última la he añadido porque es la que me ha hecho volver a animarme a escribir aquí, no porque me de pie a hacer una reflexión. Aunque... bueno, si bien cabe añadir: ¿pa qué le pregunta usted a la criatura por qué que se ha comprado bombones, siendo evidente (para mí claro) que al niño, orondo para más señas, falta ninguna le hace meterse eso en el buche, cuando hubiese sido más acertado hacerle a la criatura la p

El que en lugar de chinchín exija música, en lugar de placer alegría, en lugar de dinero alma, en vez de loca actividad verdadero trabajo...

No me voy a detener, ni voy a perder el tiempo en analizar y extraer mis conclusiones acerca de las muchas frases y párrafos que he encontrado en "El Lobo estepario" de Hermann Hesse, libro que me recomendó Max una noche hablando de literatura por messenger. Y no porque no considere que el autor o el libro merezcan dedicarles tiempo, sino por todo lo contrario: tan definido queda y con tanta intensidad lo que para mí, como para muchos es, la esencia del ser humano, las tripas de la oscuridad de la existencia vital, que no me voy a cargar su capacidad como escritor y, como otro muchos grandes escritores, como filósofo. Sólo me he permitido extraer aquellos párrafos con los que he llegado a sentir miedo, alegría, y tristeza. Sean cada uno de ustedes libres de leerlos, dedicarles unos minutos de análisis o no hacerles ni puto caso. A Goethe se dirige Harry Haller con estas palabras: “ha conocido y sentido perfectamente el problema, la desesperanza de la vida humana: la grand

Gracias a tí estoy viva. No, gracias a mí estás aquí. Crepúsculo

                  Ese pequeño diálogo quedó grabado ayer noche cuando veía con dos amigas la película "Crepúsculo". En una escena en la que la protagonista está hospitalizada ella le agradece a él que la salvara de las garras de un vampiro del grupo de los "malos", aunque estuviese malherida. Sin embargo, él (que es del grupo de los "buenos") no piensa igual.  En la película, ambos se enamoran perdidamente, y ella, aún negándose él y habiéndola advertido seriamente, decide seguirle al fin del mundo, aunque éso conllevo peligros como convertirse en la comida de algún chupasangre. Y así ocurrió, el vampiro "malo" muerde a la chica y su amor se ve obligado a volver a morderla, en su justa medida, como antídoto.  Aunque viva, está hospitalizada y él muy preocupado por lo que le ha pasado.  Todo esto es muy bonito, me reí mucho viéndola, me impactaron algunas imágenes, pero no quería hablar de esto. La descripción de parte de la historia era la base s

Aaahhh! No hay mejor cosa que terminar de acostumbrarse a que todo anda mal, para empezar a ser feliz

Jejejejejeje. ¡Qué buena es Mafalda! Bueno, mejor dicho, ¡Qué bueno es Quino! Mafalda y su grupo de amigos y amigas son un buen ejemplo de libre pensamiento y de inteligencia, aunque ponerlo en boca de unos niños de ocho años pueda resultar pedante.  Durante tres viñetas, Susanita, una critura que sólo piensa en su futuro esposo, los hijos que juntos tendrán y ocupar un digno puesto en la escala social, lee atentamente el periódico con un bella sonrisa, para luego lanzarlo a sus espaldas, y untarse una rebanada de pan con dulce (es un cómic argentino) antes decir la bendita frase con la que hoy titulo este texto.  Vamos, que no hay nada mejor que darse cuenta de que como todo está hecho un asco y no hay visos de que mejore, ¡pa´qué coño te vas a molestar! Con lo cual, siéntate y disfruta del espectáculo.  Además es fantástico poder disfruta de la mentalidad sencilla de una niña, esa que nunca deberíamos perder, y del carácter crítico que detrás encierra el adulto que escribe: Aun