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Estemos eternamente distraídos

  Estaba escuchando, porque hay poco que ver, un vídeo en el canal “Carl Jung: El mundo Oculto” acerca de la película Matrix y sus numerosas interpretaciones y me llamó poderosamente la atención el comentario que hizo el interlocutor entrevistado acerca del proceso de envejecimiento actual. Amén de la obviedad de la imposición de la eterna juventud (a mí me han llegado a decir que con el sueldo que gano me puedo permitir tratamientos de belleza. Sin preguntar), reflexiona acerca de la necesidad de la sociedad actual de mantener a la senectud entretenida evitando la reflexión. El entrevistado, presentado con el nombre de Antonio de Apuntes de Sánscrito, señala: “Se vende la obligación de que la gente mayor debe estar constantemente distraída de la realidad. Es una ratonera perfectamente construida y en la que todos caemos sin enterarnos y consiste en relacionar belleza, salud y juventud. El ego se sostiene de la vitalidad de la juventud,  joven y atractivo equivale a caer en la trampas

Hay que aprender a desaprender, la Bruja Avería

       “La bola de cristal” se empezó a emitir en el año 1984; por aquel entonces yo contaba con 7 años de edad. Sinceramente, no recuerdo qué veía a esa edad, sí que aún me vienen imágenes divertidas de Pumuki y la Pantera Rosa. Sin embargo, y a pesar del contundente éxito, y bien merecido, de la serie infantil que dirigió Lolo Rico, nunca le hice especialmente caso. Realmente soy reticente a aceptar que ya con esa edad entendiese como elemento infantil una muñeca mal peinada con cables eléctricos en vez de pelo. Además, me daba miedo. A quien quiero engañar.      Esa serie infantil fue fuente constante, y sigue en la actualidad, de pensamiento crítico. Inducía a un público infantil, que finalmente atrajo a adultos, a pensar y recapacitar con frases de esta índole: “ Tienes 15 segundos para imaginar, si no se te ha ocurrido nada, a lo mejor deberías ver menos tele ”; “ Si no quieres ser como estos, lee”; “Sólo no puedes, con amigos, sí”, “Haz deporte no eches tripa, juega limpio, par

Abstracción

Esta es la exposición de hoy, a raíz de un artículo que he leído en la revista Ethic . Versa sobre el concepto, la aplicación y las consecuencias de la abstracción.  Así reza en el artículo: “Para Aristóteles , abstraerse es ejercer una operación cognoscitiva inequívocamente intelectual y, por ello, propia de la especie animal dotada de razón, el hombre. Procede del latín Abstrahere que significa alejar, sustraer, separar.  La filosofía , por su parte, determina la abstracción como una operación mental para aislar conceptualmente la propiedad o función que un objeto posea. Entonces, l a abstracción como recurso permite la cuestión de: ¿me abstraigo del mundo para reconciliarme conmigo mismo o para perder contacto propio? ¿Se recurre para distinguir su propiedad, su función, su sentido o para recuperar su identidad?” Por mi parte, la palabra en sí es preciosa, suena muy bien. A mí me ocurre mucho con el vocabulario español, palabras como aquiescencia, insolar, celemín, o malandrín me

¿LA FELICIDAD EXISTE?

      Vivimos tiempos convulsos en lo que respecta a la salud mental y emocional, al menos en Europa. El mapa de Europa dejó de ser rojo por la zona escandinava para extenderse por todo el continente. En el año 2017 Finlandia y Suecia mantenían tasas destacables de suicidio con 16,3 y 15,4 casos por habitantes. A fecha de 2024 la mayoría de los país con alta tasa de suicidio se localizan en Eurpa del este siendo Lituana la que encabeza la clasificación, mientras que Bélgica, Austria y Suiza, países altamente desarrollados de Europa occidental están entre los 13 primeros del mundo. En España es tristemente desolador y espeluznante, en el año 2022 se suicidaron 3.042 hombres frente a 1.055 mujeres, con una cifra media diaria de 11.2 suicidios por día.  Esta exposición de datos me sirve para introducir la importancia o no de ser feliz en la vida. ¿Podemos entender que los suicidas eran infelices y, por tanto, decidieron acabar con su vida? Puede que no fuese la causa primordial, pero du

¿Y si no tuviésemos cuerpo?

                                                                      En mi mesita de noche hay tres libros: Meditaciones de Marco Aurelio, Vida Contemplativa de Byung Chul Han y El libro del Tao de Lao Tse. Los tres me acompañan más de referencia literaria y vital que como libros de lectura. Son los que te sirven para recapacitar. Y la verdad es que debería añadir la Biblia, pero me da la sensación de que va a ser excesivo.           En esta ocasión me hizo recapacitar la siguiente frase del libro de Lao Tse: “Si temo por mi vida es porque tengo cuerpo, si pudiese prescindir del cuerpo, ¿qué temor sentiría?” La pregunta llega tras la reflexión en el propio texto acerca de la importancia de los favores por la inquietud que generan. Los favores nos posicionan en diferentes estados sociales y, de forma inconsciente, evalúan y degradan. Pedir favores, situación social y las evaluaciones son miedos. Y el principal miedo en la vida es la muerte. Curiosamente algo que sabemos al nac

Felizmente esclavizados

       Adols Huxley dejó escrito en “Un mundo feliz”: "Las distracciones de los medios de comunicación sirven de grilletes mentales y, la facilidad para satisfacer el deseo sexual ofrece la falsa sensación de libertad”. Lo llamó felizmente esclavizados.      Resulta llamativamente atractivo y extraordinario que en el año 1932, fecha en la que publico su obra literaria más conocida, fuese capaz de adelantar tanto lo que hoy vivimos plenamente. La literatura que nos marcó un futuro más real de lo que se podría aceptar leyendo la obra.      Vivimos en un totalitarismo de la comunicación de masas, ya no sólo de los medios de comunicación. Nos marcan las pautas de vida los programas, los informativos, los presentadores, la publicidad, los influencers, instagramers, twiteros, creadores de contenido (o contant creator como diría Paro Cardíaco), los videos musicales, los estilistas de imagen, los diseñadores de bodas, bautizos y comuniones, los artistas o pseudoartistas (llamar artis

De sociedad, valores y principios

             Con pleno conocimiento aquí dejo por escrito que la sociedad no existe, que el ser humano ha perdido su humanidad, que se sostiene mediante educación, principios y valores, y añadiría disciplina y personalidad. Leer “La vida contemplativa” de Byung-Chul Han y diversos artículos de la revista Ethic me ha dado la suficiente confianza para afirmar lo escrito anteriormente.      He aquí el origen de esta paulatina pérdida: Las cuestiones humanas, la defensa de la razón, el estudio de una ética y de la moral queda despre ndidas de los preceptos religiosos (revista Ethic) . Por mucho que pese, por la animadversión que se ha creado contra el catolicismo, que no contra otras religiones, le retiramos la potestad de educar en valores, porque una cosa es educar, y otra educar en valores. ¿Quién o qué se encarga hoy día de nuestros valores? ¿ E l conjunto de la sociedad, los gobiernos, libros que rigen el civismo como las constituciones? ¿Qué o quién? ¿La familia? Yo digo que